A falta de películas conocidas, en el videoclub es fácil aventurarse a ver películas de las que no tenías ni idea de su existencia. Esto me pasó con Big Nothing, cuyo único interés es la aparición en escena de Simon Pegg y David Schwimmer.
La película comienza con el personaje de Schwimmer, Charlie hablando con su esposa Penelope (Natascha McElhone) sobre la edición de su libro. Ella es policía y viven de su sueldo cuidando a su hijita, hasta que Charlie decide aspirar a un puesto de teleoperador recibiendo llamadas de gente que tiene dudas informáticas. En este nuevo trabajo conoce a Gus (Simon Pegg), que le dice que tiene un plan para saquearle al reverendo una buena suma de dinero ocultando sus visitas a páginas web de porno infantil. El dinero lo utilizaría Gus para operar a su hija, que tiene una malformación ocular y Charlie para mantener a su familia ya que lo echan de su trabajo a los pocos días. Sin embargo, todo se va complicando cuando entra en juego Josie (Alice Eve), que se une al equipo, al que no le sale todo lo bien que desearían.
No hay mucho más que contar, salvo que todo se va complicando de tal manera que ya no sabes qué creer, sólo sabes que Charlie va dando bandazos de un lado a otro sin saber muy bien a qué atenerse, cometiendo delitos sin saber muy bien cómo, y asesinando gente sin darse cuenta, cuando lo único que quiere es el dinero para Penelope y su hija.
Sin embargo, a mitad de película va decayendo ese humor del que podíamos disfrutar durante la primera media hora, un humor negro muy fresco y refrescante, que se desarrolla en su mayoría en la casa del reverendo. Cuando salen de allí, va todo de mal en peor, pero en un principio se deja ver y entretiene, que es de lo que se trata.
Nota: 5 sobre 10.
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